De nuevo están de vuelta...
Crónica de los que nunca se fueron pero ahora vuelven por sus fueros.
"Basta de fantasmas del pasado y de resentimiento"(palabras de Mauricio Macri en el acto de festejo del triunfo del Pro en la segunda vuelta de las elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Ésto y no otra cosa es lo que votó el 60% de los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 24 de junio. Votó por el olvido.
Olvido. Es necesario aquí detenerse en la palabra olvido. El olvido, sobre todo, el olvido histórico, no es un acto fortuito, fisiológico. Sobre todo éste tipo de olvido está relacionado estrechamente con la voluntad. El olvido contiene una intencionalidad manifiesta que consiste en no recordar. No es posible olvidarse y ya, perder la memoria. El sujeto individual y colectivo coloca en el acto de olvido una voluntad (conciente o inconciente) cuya dirección obvia es cubrir bajo un manto oscuro, porciones del pasado que claramente molestan o lastiman.
En ese pasado habitan los hechos que deberían desentrañarse a los efectos de que el cuerpo, tanto social como individual, adquiera autonomía (entre ellas la autonomìa política). Sin ese análisis y esa revisión, que en la Democracia (ahora que la citan con tanta insistencia vamos a aprovechar la ocasión) se llama Justicia, cualquier proceso social está viciado de nulidad, hueco de sentido, es nada más que una cáscara.
Es esconder la basura bajo la alfombra, pero más, observar al que esconde la basura y aplaudirlo, y momentos después, negar que haya algún desecho bajo la alfombra.
Éso es lo que votó el 60 % de los porteños el último domingo. Al contrario de lo que dice el Oficialismo (lamentable también) los que votaron a Macri piensan, y piensan mucho, sobre todo piensan en que es necesario olvidar el pasado, porque en el pasado habitan iniquidades e infamias que se relacionan inextricablemente con éste presente. Macri propone Olvidar, que es lo mismo que perdonar ese pasado, un pasado en donde claramente él y los que se beneficiaron del Estado anclan fortunas y milagros. Propone lo mismo Bergoglio en curiosa sintonía con Macri porque también la Iglesia tiene una tremenda porción de responsabilidad en las cosas que ahora critica.
¿Y el 60% que quiere olvidar? Para responder semejante pregunta, diré que éste olvido comenzó a gestarse mucho tiempo atrás, cuando la "clase media" traicionó con una supina indiferencia a los que habían participado junto con ella el 19 y 20 de diciembre. Pero incluso antes, cuando había apoyado a Menem con su voto(haga cuernitos) en su segundo mandato, a pesar de las extensas pruebas acerca de la naturaleza corrupta de su gobierno (corrupción en donde Macri, no padre sino hijo, participó alegremente). Los medios de comunicación masiva instalaron el miedo como tema, "la inseguridad" y declararon culpables a las víctimas. Ya se sabe, siempre es necesario un cordero exculpatorio, y la "clase media" lo encontró en los movimientos sociales, los perdedores de la crisis, los marginados y excluidos. Cualquiera que se atreviera a tener memoria. "Piqueteros de mierda", "negros de mierda", "paraguas", "bolitas". "Ésas viejas de mierda de la Plaza de Mayo". Cualquiera que señalara hacia atrás y dijera "señores, Uds. también son responsables". Esa "clase media" que votó a Menem (haga cuernitos). Macri capitalizó este discurso de "gente decente", indignada y bien bañada que pasea por los shoppings comprando en plazos. Que no quiere que le escupan el asado ahora que tiene un cacho de vacío para tirar a la parrilla, aunque otros no tengan ni parrilla. ¡Que se joda el otro por no tener parrilla!!!!
“Se nos habla de gauchos…la lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos”.(Carta de Domingo Faustino Sarmiento a Mitre de 20 de Septiembre de 1861 y El Nacional 3/2/1857, con motivo de la guerra del Paraguay).
“Cuando decimos pueblo, entendemos los notables, activos, inteligentes: clase gobernante. Somos gentes decentes. Patricios a cuya clase pertenecemos nosotros, pues, no ha de verse en nuestra Cámara (Diputados y Senadores) ni gauchos, ni negros, ni pobres. Somos la gente decente, es decir, patriota”.(Domingo Faustino Sarmiento Discurso de 1866).
Éstas palabras demuestran que apenas ha cambiado el discurso, lo que dice Macri ya lo había escuchado antes. Lo que dice la "clase media" ya lo habían dicho antes. Lo que el 60 % de los porteños votó el 24 de junio también lo habian votado antes. No hay novedad en eso. Apenas un gusto amargo. Y miedo.
Porque si hay algo que la derecha en Argentina no ha hecho nunca, es hacerse cargo de sus desastres, una y otra vez, destruye el país y corre despavorida a refugiarse en paradisíacos lugares en donde pone a salvo lo obtenido mediante el robo y el peculado.
Y quedamos los otros, para apagar el incendio y reconstruir. Pero en algo hemos fallado, porque volvieron a ganar los de siempre. En algo hemos fallado porque no supimos elaborar una alternativa, por dogmatismo, por anacronismo, por inmovilismo, por tantas cosas.
El 60 % de los porteños votó contra la memoria, a favor del olvido. Ha decidido que la culpa de todo la tienen otros que no son ellos. No es cierto una vez más que hayan sido engañados. No. Su voto fue conciente, aunque luego renieguen del mismo, a pesar de todos los elementos de juicio que tuvieron al alcance de la mano, eligieron olvidar.
"Quiere más respeto más tolerancia, más diálogo, menos confrontación, menos violencia y menos resentimiento. Ya no quiere que le hablen de modelos teóricos abstractos. Lo que quiere es que les hablen de sus problemas y les digan cómo se los van a resolver. Llegó la hora de hablar menos y de hacer más."(declaraciones de Macri en conferencia de prensa)
Sería bueno saber cómo se hace para hablar menos y tener más diálogo. Los modelos abstractos se llaman proyectos, dado que se piensan y elaboran antes de ser ejecutados, y si la inclusión social es una abstracción, loadas sean las abstracciones (nota: si no hay modelos abstractos, ¿qué fue lo que la gente votó?). La confrontación se llama lucha política y sin confrontación no hay democracia posible. La violencia es el arma de la policìa y de acuerdo a lo escuchado de boca de éste candidato, no va a disminuir sino aumentar. Éste pragmatismo barato e inconsecuente es lo que el 60 % de los porteños votó. Un pragmatismo que Macri se encargó de proyectar a la elecciòn nacional en el mismo momento en que festejaba el triunfo. Sin caretas.
Éso es lo que votó el 60 % de los porteños el 24 de junio.
Es hora de comenzar a romper el espejo Alicia...
Marcelo Daniel Fernándezde la redacción de Urticultura (firma que le agrada a un amigo)