Cacerola Fashion Tour
Analizemos un poco esta imagen. Podemos observar que los caceroleros están ubicados en el cruce de dos de las Avenidas más "chetas" de Buenos Aires: Santa Fe y Coronel Díaz. Las ropas y el aspecto de los que están protestando es obvio por si mismo, pero para tener una buena pista observemos a la mujer que está en la parte derecha inferior de la imagen. Toda una campesina.
Y ahora, algunos párrafos de la nota que acompaña a esta imagen:
"En Belgrano, Barrio Norte y Palermo, los vecinos protestaron sumándose al reclamo rural en el cuarto día de la reanudación del paro agrario"
"En algunos barrios de Capital Federal como Belgrano, Barrio Norte y Palermo, se escucharon cacerolas que extendieron a la ciudad los ecos del conflicto que originó la aplicación de las retenciones móviles."
"Bajo la consigna "Basta. Apoyemos al campo", todas las edades estuvieron representadas en las veredas y parte de la calzada de Santa Fe y Coronel Díaz, jovenes con carteles, ancianas golpeando las tapas de sus ollas, hombres y mujeres haciendo oir su voz, fue el panorama que se vivió hasta poco antes de las diez de la noche. "
Mi abuela hubiera usado su vieja olla negra de fierro. Y no para cocinar.
Marcelo Fernández Olivares
http://www.lanacion.com.ar/politica/nota.asp?nota_id=1011686&pid=4420144&toi=5825
3 comentarios:
Me quedó la duda de la olla negra de tu abuela. Tuve la desgracia de pasar por esa distinguida esquina porteña a esa hora.
Vayamos al cacerolazo y ya que estamos en la esquina, entremos al Alto Palermo a ver si renovaron vidrieras!
Bueno che, el chetaje también es ciudadanía, no? Y no sólo los más postergados tienen derecho a manifestarse (fin de comentario políticamente correcto).
Pero bué, esta nota es de un diario que apunta a esa clase social.
Es importante, de todas formas, quienes son los que hecen el reclamo y no caer en el reduccionismo de LA CIUDAD y EL CAMPO que imponen los medios y repite la lorada.
Podríamos decir entonces: determinado sector social de determinado punto geográfico del país que, a su vez, caga a otra clase social urbana y paraliza económicamente a otra clase social del interior.
Por lo menos así, lo veo yo (Nimo dixit).
Saludos.
Y si, la olla negra de mi abuela hubiera servido bastante, pero como arma contundente y pesada. Mi abuela era de pocas pulgas.
Marcelo Fernández
Publicar un comentario