12 noviembre 2009

DERECHOS Y HUMANOS

El fascismo y la razón instrumental
José Steinsleger
...
El imaginario vulgar asocia los términos fascista” y “nazi” a la violencia, y a lo que fueron en Italia y Alemania: masas exultantes frente a líderes que golpeaban marcialmente los talones haciendo el saludo romano, antorchas iluminando cruces gamadas, monumentalismo arquitectónico y escultórico, los campos de exterminio en Europa Central, y la “guerra relámpago” (blitzkrieg), táctica de combate inventada por el oficial inglés Lidell Hart en la Primera Guerra Mundial.
El fascismo y su exégesis, el nazismo, estimularon la pasión y el sentimiento de pueblos enteros. Pero desde mucho antes de sus formas partidarias, se nutrió de un heterogéneo movimiento intelectual de pensadores, poetas y activistas sociales, convencidos de que el siglo XX anunciaba la era del instinto, donde lo sustancial era el “uno mismo”, la vida en sí misma, la voluntad, las fuerzas telúricas, el “genio de la raza”, la mística. Razón de la sinrazón, el fascismo omite cualquier razonamiento lógico o estructurado.
Época en que el marxismo clásico vivía su clímax, mientras la flor y nata del positivismo (de gran influencia en América Latina) valoraba el “racismo científico” con seriedad. La carnicería de la Primera Guerra Mundial y su secuela de desastres económicos y miseria dieron vuelo a las ideas irracionalistas del creer y no pensar, obrar y no reflexionar, obedecer y no discutir, síntesis del evangelio fascista.
Nada quedó en pie. Todos los valores fueron literalmente arrasados por la demagogia y el chovinismo, el culto de la violencia, el belicismo, la concepción totalitaria del Estado, la idea de progreso, la destrucción por dentro y por fuera de los movimientos progresistas. En 1919, Mussolini defendía a los trabajadores en el importante diario socialista Avanti, y el cabo Hitler iniciaba su carrera política como soplón del Ejército en el pequeño Partido Obrero Alemán. Diez años después, eran los máximos líderes democráticos de Europa. O sea: elegidos.
Nacionalismo de vencidos, el fascismo exaltaba el rol del Estado, y el nazismo los designios de la raza superior. Sin embargo, la prédica de ambos contra el capitalismo y el socialismo fue piadosamente tolerada por las democracias occidentales, y las Iglesias católica y protestantes interesadas en conjurar las “influencias judías”.
Con grados de intensidad, el fascismo prendió en Europa y el mundo. A más del Ku Klux Klan (organización racista estadunidense fundada en 1865 que llegó a tener 4 millones de adherentes), Mussolini recibió el saludo de un célebre amigo de la botella: “Si yo fuese italiano – dijo Sir Winston Churchill– estoy seguro de que lo habría apoyado de principio a fin en su victoriosa batalla contra los bestiales apetitos del leninismo”.
La revolución rusa escapó al vértigo del fascismo. No obstante, en el sexto Congreso del Partido Comunista (1928), Stalin concluyó que la socialdemocracia era “la otra cara del fascismo”, y se sacó de la manga el término “socialfascismo”. Un año antes, en el Congreso Antimperialista de Bruselas, frente a los planteos nacionales de los comunistas latinoamericanos, el argentino Vittorio Codovilla, miembro del buró de la III Internacional, dijo: “Que perezcan por último, estos veinte pueblecitos, con tal que se salve la revolución rusa… A un comunista no le interesa sino la campaña de la III Internacional, aunque para sostenerla se sacrifiquen quince países”. Receptivo, El Machete Ilegal (órgano del Partido Comunista de México) encabezó en junio de 1930 su primera plana con un titular desconcertante: La traición de Augusto C. Sandino. “El guerrillero nicaragüense, al aliarse al gobierno contrarrevolucionario de México, se ha convertido en instrumento del imperialismo yanqui.”
La III Internacional despreció sistemáticamente la historia y las realidades de América Latina. Y cuando el fascismo era un término desconocido, Chile ya contaba con la Liga Patriótica (1911), homóloga de la que en Argentina apoyaban los sectores ultramontanos del Ejército y la Iglesia, y reconocidos intelectuales que contribuyeron al derrocamiento del gobierno democrático de Hipólito Irigoyen (1930).
En Brasil, tras el golpe militar de Getulio Vargas (1930), apareció Acción Integralista; en Colombia, Los Leopardos (inspirados en el falangismo, versión cívico clerical del fascismo español); surgieron del Partido Conservador; Bolivia tuvo su Falange Socialista (1937), y México la Unión Nacional Sinarquista, que atacaba al gobierno de Lázaro Cárdenas, guardando posiciones ambivalentes frente a la revolución. Estas organizaciones copiaban los rituales y símbolos del fascismo. Pero ninguna fue apoyada por las masas y, con los años, se diluyeron en los partidos derechistas.
El nazismo y el fascismo fueron las ideologías derrotadas en la Segunda Guerra Mundial. Empero, entre los exégetas de la democracia “sin adjetivos” y la izquierda liberal, los términos “nazi” y “fascista”, arreglados a fines (razón instrumental), suelen ser los de más uso y abuso.
...

11 noviembre 2009

QUE EL ARBOL NO TAPE AL BOSQUE

Desenmascaremos algunos engaños sobre los monocultivos de árboles
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
Grain

Los monocultivos de árboles a gran escala tienen graves impactos sociales y ambientales. Esto lo saben muy bien las empresas plantadoras. Por eso hacen grandes esfuerzos publicitarios para convencer a la gente de lo contrario. Es muy importante entonces conocer la falsedad de los argumentos manejados por las empresas y oponernos a la instalación de tales plantaciones.
DICEN QUE “las plantaciones son bosques”. Éste es el punto de partida de la propaganda en favor de las plantaciones. Nos quieren convencer de que si los bosques son social y ambientalmente necesarios, entonces las plantaciones también lo serán. Pero una plantación no es un bosque y lo único que tienen en común es que en ambos predominan los árboles.
Un bosque contiene numerosas especies de árboles y arbustos de todas las edades, muchas otras especies vegetales —en el suelo y sobre los propios árboles y arbustos (trepadoras, epífitas, parásitas, etcétera) y una enorme variedad de especies de fauna, que encuentran allí abrigo, alimentos y posibilidades de reproducción.
En cambio, una plantación se compone de una o pocas especies de árboles de rápido crecimiento (generalmente exóticos), plantados en bloques homogéneos de la misma edad, donde se impide el desarrollo de la vegetación local y la fauna no encuentra alimento alguno.
Los bosques están habitados por comunidades humanas que allí aseguran su supervivencia. Las plantaciones no albergan a comunidad alguna. Al contrario: las expulsan, privándolas de sus medios de vida.
En las regiones afectadas por las plantaciones, las comunidades locales tienen todo eso muy claro y a partir de su propia experiencia describen las plantaciones como “desiertos verdes”, “bosques muertos que matan todo”, “bosques del silencio”, “milicos plantados”, “árboles egoístas”, definiciones mucho más ajustadas a la realidad.
Toda lucha contra el avance de estos monocultivos parte del hecho de que “las plantaciones no son bosques”.
DICEN QUE “Las plantaciones generan empleo”. Este argumento se utiliza mucho para conquistar a las poblaciones locales. Pero es una afirmación es totalmente falsa.
Las grandes plantaciones generan muy pocos empleos, en general de muy baja calidad, casi todos de carácter temporal, con bajos salarios y en condiciones de trabajo donde prima la mala alimentación, el alojamiento inadecuado y el incumplimiento de la legislación laboral vigente. Son frecuentes los accidentes y las enfermedades laborales.
Además, en muchos países las plantaciones tienden a privar de sus anteriores fuentes de trabajo a los previos ocupantes de la tierra. Es común que estas plantaciones se instalen en tierras destinadas a la agricultura de subsistencia, por lo que incluso llegan a implicar que las fuentes de ocupación disminuyan en vez de aumentar, ya que los empleos generados son menos que los que se pierden. Cuando su instalación implica la previa destrucción del bosque, los pobladores locales se ven privados de las ocupaciones y fuentes de ingreso que dependen de los recursos provistos por el bosque. En casi todos los casos, con las plantaciones se expulsa a la población local, en particular hacia los cinturones de miseria de las ciudades.
En todos los países, de todas las actividades capaces de generar empleo a nivel rural la actividad plantadora es generalmente la peor opción —en cantidad y en calidad de empleos. Pese a ello, las empresas plantadoras y los gobiernos continúan difundiendo la falsedad de que las plantaciones generan empleo. A modo de ejemplo, en el Plan Nacional de Forestación de Perú (cuyo objetivo es promover las plantaciones) se afirma que las plantaciones generan un empleo directo cada 4 hectáreas. Para demostrar lo absurdo de tal cifra, basta decir que la Sociedad de Productores Forestales del Uruguay (que también sostiene que la forestación genera empleo) afirma que la forestación genera un empleo directo cada 70 hectáreas.
DICEN QUE “las plantaciones son mucho más productivas que los bosques”. El argumento puede parecer convincente a partir del rápido crecimiento de los árboles en una plantación de pinos o eucaliptos. Pero depende de qué se entiende por “productivo” y a quién beneficia esa producción.
Una plantación comercial produce un gran volumen de madera para industria por hectárea y por año. Pero eso es todo: el beneficiario directo de lo producido es la empresa propietaria de la plantación.
Un bosque en cambio no sólo produce madera para el mercado, sino que su producción abarca otros tipos de árboles, vegetales, animales, frutas, hongos, miel, forraje, abono, leña, maderas para usos locales, fibras vegetales y medicinas generando además servicios de conservación de suelos, biodiversidad, recursos hídricos, microclima.
Cuando se sostiene que las plantaciones son mucho más productivas que los bosques, únicamente se compara el volumen de madera para industria que se puede extraer de ambos y en esa comparación la plantación parece superior. Pero si se compara la totalidad de bienes y servicios provistos por la plantación y el bosque, resulta evidente que este último es mucho más productivo que la plantación. Es más, en muchos aspectos la producción de la plantación es nula (por ejemplo en alimentos, medicinas o forraje) e incluso puede ser negativa, cuando afecta otros recursos como el agua, la biodiversidad o el suelo.
Lo anterior resulta muy claro para aquellas poblaciones locales que sufren los efectos de la implantación de extensos monocultivos forestales, pues sufren la pérdida de la mayor parte de los recursos que hasta entonces habían asegurado su supervivencia. Para ellos, la productividad de estas plantaciones es negativa.
DICEN QUE “las plantaciones forestales mejoran el medio ambiente”. Al ser disfrazadas como “bosques”, se dice que cumplen las mismas funciones que éstos: que protegen y mejoran los suelos, regulan el ciclo del agua y conservan las plantas y animales locales. Nada de eso es cierto.
En materia de suelos, las plantaciones provocan erosión, pérdida de nutrientes, cambios en la estructura física y composición química del suelo y compactación. Es decir: los suelos resultan empobrecidos, en muchos casos de modo irreversible.
El agua, vital elemento, es afectada en cantidad y en calidad. A nivel de cuenca, el volumen de agua disponible disminuye drásticamente luego de la instalación de plantaciones. Ello se debe a varios factores, pero el principal es el elevado consumo de agua de estas especies. Para crecer, los árboles llevan los nutrientes del suelo hasta las hojas, donde se produce la fotosíntesis. El vehículo para llevar los nutrientes hasta la hoja es el agua. Para crecer más, necesitan más nutrientes, lo que implica mayor uso de agua para transportarlos hasta las hojas. Dado que se trata de grandes plantaciones creciendo a un ritmo muy rápido, los impactos sobre el agua se vuelven cada vez más graves, y llegan a desaparecer humedales, manantiales, pozos y hasta cursos de agua. La calidad del agua también se ve afectada por la erosión y por el uso generalizado de agroquímicos que la contaminan.
Los impactos de las plantaciones sobre la flora (plantas, arbustos, árboles) y fauna (animales, aves, insectos) son muy graves. Los ecosistemas locales (bosques, praderas, páramos) son destruidos y sustituidos por plantaciones de una sola especie, normalmente exótica (pinos, eucaliptos, melinas, teca). Las pocas especies de vegetales que logran sobrevivir son eliminadas con herbicidas. Para la mayor parte de las especies de la fauna local, las plantaciones son desiertos alimenticios, por lo que también desaparecen. Las pocas especies que logran adaptarse son exterminadas (en caso de que afecten la plantación) o se convierten en plagas que afectan a las producciones agropecuarias aledañas.
DICEN QUE “las plantaciones sirven para aliviar la presión sobre los bosques”. Alegan que al haber más madera disponible a partir de las plantaciones, se traducirá en una menor extracción de madera de los bosques nativos. Eso puede parecer lógico pero se ha constatado que las plantaciones son en general un factor más de deforestación porque:
• En muchos países, las plantaciones se instalan eliminando antes el bosque existente.
• En muchos casos, sustituir el bosque con la plantación determina la migración (voluntaria o forzada) de los pobladores de la región, que se ven obligados a ingresar a otras áreas boscosas donde inician un proceso de deforestación para poder atender a sus necesidades básicas. En esos casos es doble la deforestación generada por la plantación.
• La madera producida en plantaciones de ningún modo sustituye las valiosas especies del bosque tropical: ambas tienen mercados distintos. En tanto que la mayor parte de la madera de plantaciones se destina a la producción de papel y productos de madera de baja calidad, la madera extraída de los bosques (en particular tropicales) es transformada en productos de alta calidad.
• Se pasa por alto que la extracción maderera no es la única causa de deforestación. Numerosas áreas de bosques son eliminadas para destinar el suelo a cultivos de exportación (como la soja) o a ganadería extensiva; otras desaparecen bajo gigantescas represas hidroeléctricas; los manglares son eliminados para destinar el área a la producción industrial del camarón, la explotación petrolera y minera destruyen amplias áreas boscosas. Ninguno de estos procesos destructivos guarda relación alguna con la mayor o menor área destinada a monocultivos forestales, por lo que resulta claramente falso que puedan “aliviar la presión” sobre los bosques.
El área boscosa del continente sigue disminuyendo pese al avance de las plantaciones forestales en muchos países de la región, lo que demuestra que el pretendido alivio de la presión sobre los bosques no es más que publicidad interesada.
DICEN QUE “las plantaciones son necesarias para que todos podamos usar papel”. El uso de papel vinculado a la alfabetización, la enseñanza y el acceso a información escrita es utilizado por las empresas para justificar sus extensas plantaciones de pinos y eucaliptos destinadas a la producción de celulosa y papel. Sin embargo, gran parte de la madera y celulosa producidas en América Latina no están destinadas a producir papel para abastecer a la población de la región, sino a la producción y consumo de papel y cartón en Europa, Norteamérica y Asia.
De América Latina se exportan troncos, astillas (“chips”) y celulosa para su industrialización en esos destinos. Allí, cerca de 50% del papel y cartón producidos se destinan a embalaje y envoltura, y sólo un tercio se destina a papeles de escritura e impresión. De ese 30% gran parte se destina a producir impresos publicitarios y sólo un pequeño porcentaje termina en materiales de educación o difusión.
A eso se suma el uso excesivo de papel y cartón en los países con altos niveles de consumo. Mientras Estados Unidos, Finlandia y Japón tienen un consumo anual de papel per cápita de más de 300, 330 y 250 kilos respectivamente, países exportadores de celulosa como Chile, Brasil y Uruguay muestran un consumo per cápita de 64, 39 y 36 kilos respectivamente.
En suma, no sólo las plantaciones no proporcionan más papel a América Latina, sino que en gran medida sirven para alimentar un consumo de papel excesivo y socialmente innecesario.
DICEN QUE “las plantaciones permiten aprovechar y mejorar tierras degradadas”. Este argumento es absolutamente falso, ya que las plantaciones comerciales a gran escala nunca se instalan en tierras degradadas. La razón es muy sencilla: en tales tipos de suelos los árboles no crecen bien, y plantar allí no resulta rentable. Si realmente se quisiera restaurar ecosistemas degradados lo peor que se podría hacer sería plantar árboles como éstos que, impactan negativamente suelos, agua, flora y fauna.
La realidad es que los gobiernos —en alianza con las empresas— definen determinadas áreas como “degradadas” (y a veces simplemente como “ociosas” o “subutilizadas”) para justificar su apropiación y destinarlas a plantaciones. No es casualidad que precisamente en tales áreas los árboles crezcan muy bien y que su ubicación geográfica permita hacer rentable la inversión (fácil acceso, cercanía a puertos o centros industriales).
Para los pobladores locales es claro que esas tierras no están degradadas y tampoco son “ociosas” o “subutilizadas”. Dependen total o parcialmente de ellas para asegurar su supervivencia. Allí establecen sus cultivos, crían animales y se abastecen de frutos, fibras, plantas medicinales, caza, pesca y muchos otros productos que satisfacen gran parte de sus necesidades.
DICEN QUE “las plantaciones de árboles brindan oportunidades a las mujeres”. La experiencia muestra que, lejos de brindar oportunidades, las plantaciones impactan de manera diferenciada a las mujeres y en muchos casos sus impactos incluso son más graves que los sufridos por los hombres.
Por lo general las mujeres están a cargo de las tareas vinculadas a la provisión de alimentos, agua, leña y del cuidado de la salud de las familias. Con la llegada de las plantaciones el ecosistema que les proveía de todos estos elementos es destruido para dar paso a los monocultivos. Las mujeres se enfrentan a grandes dificultades para continuar con estas tareas. En ciertos casos ya no disponen de tierras para producir alimentos. Ahora el agua escasea por el gran consumo de las plantaciones y está contaminada por el uso intensivo de agrotóxicos. La destrucción del bosque implica que ya no consiguen leña ni plantas medicinales para atender su salud y la de sus familias. Todo esto aumenta la carga de trabajo de las mujeres, ya que tienen que destinar más tiempo y esfuerzo para conseguir alimentos, agua, leña, plantas medicinales. A todo ello se suma el aumento de la violencia hacia la mujer —otro factor fuertemente asociado a la llegada de las plantaciones de árboles a las comunidades. Las razones de este aumento son diversas, como por ejemplo el aumento del alcoholismo o la llegada de personas ajenas a la comunidad para trabajar en las plantaciones, en su casi totalidad hombres.
La mayor cantidad de los empleos generados por las empresas están destinados a los hombres. En los pocos casos en que las mujeres consiguen empleos, éstas son contratadas para realizar tareas vinculadas a la aplicación de agrotóxicos o en viveros forestales, donde tienen que cumplir largas jornadas de trabajo, expuestas continuamente a sustancias altamente peligrosas y con magros salarios.
En resumen, que las plantaciones empeoran la situación de las mujeres.
Mentiras sobre la palma aceitera. Los monocultivos de palma aceitera (también llamada palma africana) tienen impactos muy similares a los de eucaliptos y pinos, por lo que casi todo lo dicho es también aplicable a las grandes plantaciones de palma.
Los empresarios palmeros (y los gobiernos que los apoyan) también cuentan con un discurso publicitario plagado de falsedades sobre “las bondades” que tales plantaciones conllevan.
Las siguientes son algunas de las perlas de ese collar, incluidas en los planes del gobierno mexicano para impulsar esta actividad, pero que se repiten en todos los países donde se la quiere implementar*.
• Que la palma se impulsa en zonas devastadas por actividades improductivas como la ganadería y que han dañado al medio ambiente.
• Que es importante la reconversión productiva, hacer más competitivo al campo y sus productores.
• Que impulsa la reforestación.
• Que genera empleos.
• Que genera un cordón para proteger la biodiversidad de las selvas.
• Que son “bosques protectores de los ecosistemas”
• Que previenen la erosión.
• Que recupera los suelos y las cuencas hidrológicas para retener la humedad
• Que no daña el medio ambiente.
• Que produce más oxígeno.
• Que puede insertarse en el mercado para vender servicios ambientales
• Que genera combustible ecológico.
Pero en todas las regiones en las que ya existen monocultivos de palma se ha constatado:
• Que destruyen bosques y otros ecosistemas locales.
• Que afectan gravemente a la biodiversidad, por la destrucción de ecosistemas y por el uso indiscriminado de agrotóxicos.
• Que destruyen y contaminan los recursos hídricos.
• Que los plantadores se apropian de amplias áreas de tierras, expulsando —a menudo por la fuerza— a las poblaciones locales
• Que los empleos que generan son pocos, mal pagados, con malas y a menudo peligrosas condiciones de trabajo
• Que los agrotóxicos utilizados afectan la salud de los trabajadores y los pobladores locales.
Visto lo anterior, de todos los argumentos esgrimidos por el sector palmero el único que puede generar confusión es el referido a la producción de un tipo de combustible “ecológico”, por lo que vale la pena analizarlo.
En efecto, los combustibles fósiles son una de las principales causas del cambio climático, por lo que sustituirlos por otras fuentes de energía parecería ser parte de la solución. Entre estas nuevas fuentes, una de las más promocionadas es la palma aceitera, con cuyo aceite ya se está produciendo biodiesel. Esto significa nuevos alicientes a la expansión de plantaciones, ahora bajo un manto “ecológico”.
Sin embargo, ésta es una de las peores opciones posibles. Con los niveles actuales de consumo de combustible por parte de los países industrializados, promover los llamados “biocombustibles” (que van de la palma aceitera a la caña de azúcar y los eucaliptos) significará sustituir la producción de alimentos por cultivos destinados a producir energía. En el caso de la palma aceitera, serían millones de hectáreas en los países tropicales, porque es sólo allí donde puede crecer. En esas regiones ya hay escasez de alimentos, por lo que la “solución” para los países del Norte significaría más hambre en los países del Sur.
Plantar palma aceitera ni siquiera tiene sentido desde el punto de vista climático. Las zonas donde se desarrolla son ecosistemas de bosques que, desde el punto de vista estrictamente climático constituyen enormes reservorios de carbono. La ocupación de esas áreas por las empresas palmicultoras implica destruir el bosque, con la consiguiente emisión de enormes cantidades de gases de efecto invernadero que agravan el cambio climático.
El discurso “ecológico” intenta esconder el verdadero problema: el encarecimiento de los combustibles fósiles y la búsqueda de alternativas más baratas. La palma aceitera es uno de los candidatos favoritos, dado que su producción por hectárea es muy alta y sus costos de producción muy bajos, por lo que se espera que pueda competir con el petróleo. Pero esos “bajos” costos son en realidad altísimos a nivel local, dado que se basan en expulsar a la población rural, explotar trabajo, reprimir a las comunidades locales, promover corrupción en las adjudicaciones de tierras y destrucción ambiental.
El discurso del combustible “ecológico” es una mentira más del largo collar de falsedades del empresariado palmicultor.
DICEN MUCHAS otras cosas a menudo apoyadas por supuestos “expertos” privados o gubernamentales, pero lo cierto es que país tras país se comprueba lo falso de todos los argumentos esgrimidos para promover las plantaciones, sean de árboles o de palma. Por más argumentos que inventen, los monocultivos de árboles a gran escala ya demostraron ser social y ambientalmente nefastos en todas las regiones del mundo donde se han instalado. Basta escuchar a los verdaderos expertos —las poblaciones locales afectadas por las plantaciones— para entenderlo.

10 noviembre 2009

"La Tierra no aguanta más: Se consume más de lo que la Tierra soporta" (Leonardo Boff)

"La Tierra no aguanta más"

"Hay muchos indicadores científicos que apuntan a la irrupción de una tragedia ecológica y humanitaria. Nada esencial ha cambiado desde la redacción de la "Carta de la Tierra" en 2003 que elaboramos un grupo de personalidades del mundo entero. Decíamos en ese maravilloso documento: “Estamos en un momento crítico de la Tierra en el cual la humanidad debe escoger su futuro. Y la elección es ésta: o se promueve una alianza global para cuidar a los otros y la Tierra o arriesgamos nuestra destrucción y la devastación de la diversidad de la vida”.
...
“Se consume más de lo que la Tierra soporta”
A nivel social, casi la mitad de la humanidad vive hoy por debajo del nivel de miseria. Las cifras son aterradoras. El 20% más rico consume el 82,49 % de todas la riqueza de la Tierra y el 20% más pobre, se tiene que contentar con un minúsculo 1,6%.
En cuanto al calentamiento de la Tierra, la FAO (Organización de la ONU para la Alimentación) ha advertido de que en los próximos años habrá entre 150 y 200 millones de refugiados climáticos. Las previsiones más dramáticas hablan de un aumento para 2035 de 4°C. Y se especula para final del siglo con un aumento de 7°C. Si esto realmente se produce, ningún tipo de vida hoy conocido podrá sobrevivir. En cuanto a la crisis de sustentabilidad, doy un ejemplo ilustrativo: la humanidad está hoy consumiendo un 30% más de la capacidad de reposición. Es decir un 30% más de lo que la Tierra misma puede reponer.
Según estudios de todo crédito, en 1961 precisábamos de la mitad de la Tierra para dar respuesta a las demandas humanas. En 1981 se daba un empate, es decir ya necesitábamos la Tierra entera. En 1995 sobrepasamos en un 10% la capacidad de reposición, aunque todavía era soportable. En 2008, superamos el 30%. La Tierra está dando señales inequívocas de que ya no aguanta más.
...
“En algunos años se necesitarían dos Tierras”
No podemos producir como venimos haciendo hasta ahora. El actual modelo de producción, el capitalista, parte del falso presupuesto que la tierra es como un gran baúl del cual se pueden sacar recursos indefinidamente para obtener beneficios con la mínima inversión posible en el tiempo más corto. Hoy queda claro que la Tierra es un planeta pequeño, viejo y limitado que no soporta una explotación ilimitada. Tenemos que dirigirnos hacia otra forma de producción y asumir hábitos de consumo distintos. Producir para responder a las necesidades humanas en armonía con la Tierra, respetando sus límites, con un sentido de igualdad y de solidaridad con las generaciones futuras. Ése es el nuevo paradigma de civilización.
...

09 noviembre 2009

DIME CON QUIEN ANDAS: Reunión de la SIP en Buenos Aires

Los “ilustres Capitanes” de la Prensa Libre

Si la guerra es la continuación de la política por otros medios, entonces, los medios de prensa, forman parte del arsenal utilizable en la dialéctica de la lucha por el poder.

La concentración, última etapa evolutiva de aquella vieja idea de libertad de prensa que sostenían los revolucionarios franceses de 1789, ya no funciona como ellos lo soñaron, en el papel de centinela de los poderes republicanos y de la voluntad popular.

Muy por el contrario, el cuarto poder – al que nadie ha elegido jamás con su voto - se ha convertido en un guardián de sus propios intereses corporativos, y es en defensa de dichos intereses que no vacila en castigar cruelmente a aquellos gobernantes que intenten perjudicarlos. Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, y el mismísimo Estados Unidos de Barack Obama son testigos de esta realidad.

En efecto, la concentración casi infinita de los conglomerados mediáticos en las últimas dos décadas ha generado dentro de los sistemas de representación democrática un nuevo fenómeno que ha sido denominado “terrorismo mediático”, cuyo objetivo es la conquista del campo simbólico, para imponer la ideología dominante y cuya táctica es la desestabilización permanente; agresiva e impiadosa de los gobiernos que se interpongan a sus dictados.

La corporación mediática ha creado incluso organizaciones internacionales que, a modo de batallones, promueven la desestabilización de los poderes constituidos. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) es una de ellas.

Basta con escudriñar las currículas de sus líderes reconocidos, para internarse en el tejido casi infinito de los oligopolios mediáticos transnacionales.

De esa forma, una visita a la página institucional de la Sociedad Interamericana de Prensa es el primer y obligado paso de aquellos que deseen investigar acerca de quienes son los miembros prominentes -los capitanes- de la organización.

Como ya se señalara en una nota de esta misma edición, la SIP reconoce como Presidente Honorario Vitalicio –nótese que el término vitalicio significa irrevocable y no sujeto a elecciones periódicas- al señor Scott C. Schurz, quien representa al consorcio Schurz Communications Inc., de Indiana, Estados Unidos. Schurz Communications publica trece diarios, entre los que se distingue el Herald-Times Bloomington y siete semanarios que suman una circulación combinada de 225.000 ejemplares.

La empresa además posee nueve estaciones de televisión y dos compañías de cable que se suman a trece emisoras de radio propias y participación en la explotación de otras tres estaciones ajenas. Complementa sus activos con un directorio telefónico y una compañía impresora. El holding de la familia Schurz sitúa geográficamente sus emprendimientos en Indiana, Kentucky, Maryland, Pennsylvania, California, Florida, Missouri, Michigan, Georgia, Dakota del Sur, Kansas y Virginia.

El Presidente de la SIP, Earl Maucker, es también el director del periódico del Sun-Sentinel de Fort Lauderdale, Florida. El Sun-Sentinel es un periódico local de 170 páginas que combina avisos e información y que está considerado como el más grande del sur de Florida.

El Sentinel es parte de un conglomerado mediático poseedor de periódicos en distintos estados de la Unión.

La lista se compone del Chicago Tribune (Illinois); Los Angeles Times (California); Baltimore Sun (Maryland); Daily Press (Virginia); Hartford Courant (Connecticut), The Virginia Gazette y Newsday (ambos de Virginia); Orlando Sentinel (Florida); The Morning Call (Pennsylvania); y AM New York.

Todos estos medios de papel poseen versión electrónica algunos de ellos patrocinan localmente otros servicios informativos, como ocurre en Chicago con Triblocal; Metromix.com; Chicagosports.com; ChicagoLive; Chicago Magazine; Hoy Chicago, RedEye; CLTV; WGN-TV y WGN-AM.

También el Sun Sentinel apadrina publicaciones dirigidas a la educación técnica, comunitaria y de adultos del estilo de Broward Educator; la revista News in Education y otros medios locales del sur de Florida como El Sentinel, City & Shore Magazine, Forum Publishing Group, Inc., South Florida Parenting, South Florida Teenlink, TCPalm.com, CW South Florida, la estación digital de radio y televisión WXEL y WPTV Nuevo Canal 5.

Como si esto fuera poco también son propietarios del equipo de béisbol “Medias Blancas” de Chicago.

El plantel de dirección de la Sociedad Interamericana de Prensa obtiene tinte plurinacional con la presencia de un colombiano que oficia de Primer Vicepresidente, el señor Enrique Santos Calderón, de quien se vuelcan referencias en otro artículo de APM.

Un primo del directivo de la SIP, Juan Manuel Santos Calderón, se desempeñó hasta agosto de 2009 como Ministro de la Defensa y fue principal protagonista de los hechos que terminaron con la vida de dos miembros del Secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) –Raúl Reyes e Iván Ríos- y del rescate de Ingrid Betancourt en una operación militar sin precedentes.

Juan Lozano Ramírez, un tercer copropietario del diario, fue incorporado al gobierno de Uribe como ministro de Ambiente y Vivienda, cargo en el que se desempeñó hasta marzo de 2009.

Todos estos dirigentes políticos han sido vinculados –en distinto grado– con las fuerzas paramilitares creadas por el gobierno y el ejército para enfrentar a las guerrillas.

El vicepresidente segundo de la SIP es William E. Casey. Casey representa a la editorial Down Jones & Co. New York, mundialmente conocida por su producto The Wall Street Journal. Además es la responsable índice Down Jones, que mide la actividad bursátil.

Down Jones fue adquirida en 2007 por el magnate australiano Rupert Murdoch.

Murdoch reina sobre un imperio mediático que haría palidecer de envidia a Ciudadano Kane: valuado en 68 mil millones de dólares, se compone de 175 diarios ubicados en todos los continentes.

En Estados Unidos posee la cadena de televisión Fox; los estudios de cine 20th Century Fox y el sitio de internet MySpace.

La secretaria de la SIP, Elizabeth Ballantine, pertenece al diario The Durango Herald, de Colorado.

Fundado en 1881, este medio local provinciano posee negocios conexos con publicaciones como el Cortez Journal; la revista de turismo Inside/Outside; el diario SW Colorado Home; la Web Durango y el Herald Store.

La presencia del Durango Herald, una empresa chica -en comparación con las otras representadas en el directorio de la SIP- sirve a los fines de aportar la apariencia de una pretendida diversidad democrática.

El director ejecutivo es el chileno Julio Muñoz Mellado, quien por el estatuto de la SIP responde directamente al presidente del comité ejecutivo.

Las otras instancias de la SIP son el Comité Ejecutivo, el Consejo Consultivo y la Junta de Directores, pero ninguna de ellas sirve para diluir el poder concentrado por los dueños de diarios de estadounidenses y de los grandes grupos que controlan la prensa escrita del resto del continente.

Entre estos últimos puede reconocerse a: Gonzalo Marroquín, de Prensa Libre, Guatemala; Fabricio Altamirano, de El Diario de Hoy, San Salvador, El Salvador; Jorge Canahuati Larach, de La Prensa, San Pedro Sula, Honduras; Juan Luis Correa, de La Estrella, El Siglo, Panamá, Republica de Panamá; Juan Francisco Eal y Ortiz, de El Universal, de México, DF; Felipe T. Edwards, de La Segunda, y por lo tanto de El Mercurio de Santiago, Chile; Luis A. Ferré, de El Nuevo Día, de San Juan, Puerto Rico; Armando González Rodicio, de La Nación, de San José, Costa Rica; André Jungblut, de la Gazeta do Sul, de Santa Cruz do Sul, Brasil; Jaime Mantilla Andersen, del Diario Hoy, Quito, Ecuador; Bartolomé Mitre, de La Nación de Buenos Aires, Argentina; Gustavo Mohme, de La República, de Lima, Perú; Rafael Molina, de El Día, de Santo Domingo, República Dominicana; Jaime Sirotsky, de RBS, Porto Alegre, Brasil; La familia Noble, de Clarín, Argentina…

Podríamos seguir buceando en los nombres y seguiríamos encontrando los mismos resultados: los capitanes de la SIP son reclutados entre los empresarios mediáticos más importantes del lugar que se trate y sus ganancias irán de la mano con la concentración mediática que hayan podido concretar.

Pero hay algo que es aún peor y que estriba en reconocer que, lamentablemente, el trabajo de todos los personajes nombrados ha sido de excelente calidad. La prueba radical y lapidaria está presente en los millones y millones de seres de todo el mundo absolutamente convencidos de que las ficciones que estos señores a diario les venden son la realidad.

Fuente

08 noviembre 2009

LA PRODUCCIÓN DE UN PRODUCTO

07 noviembre 2009

DE NUEVO ESTOY DE VUELTA

"De nuevo estoy de vuelta
después de larga ausencia..."

Urticultura vuelve.
Sin prisa pero sin pausa.



02 julio 2009

GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS

¿Derechos y Garantías Individuales?, las pelotas

13 junio 2009

AMIGOS SON LOS AMIGOS: ¿La nueva política?

COBOS Y DE NARVÁEZ
Alianza contra el Progreso

Cada vez que veo esta foto tiemblo:


Cobos, vice presidente de la Argentina informa que él recibe a las personas "de bien" porque se lo permite su investidura institucional.
Pero no recibió a Francisco de Narváez un día cualquiera. No. Lo recibió justo en el momento en que el Diputado debía estar en la Justicia dando cuenta de su supuesta relación con el narcotráfico. Justo ese día.
Y no sólo eso, Cleto Cobos, muy suelto de cuerpo dijo que había "una campaña en contra de Francisco De Narváez".
Pienso en eso, miro la foto y tiemblo.

09 junio 2009

MASACRE DE BAGUA: Miente miente...

Miente, miente, que algo quedará

Recortes de diarios de Perú acerca de la Masacre de Bagua. O cómo convertir a las víctimas en victimarios.

08 junio 2009

ALGUNA VEZ SERA

Esta necesaria venganza de la Pachamama.
Huamuaca Trío, "Papacho Quispe"