18 octubre 2006

17 de octubre de 1945

Perón pasó de esto

1º de mayo de1974

a esto

13 octubre 2006

Sol y dar y dad...

Es común que ante una tragedia natural todo el país se congregue frente al televisor. Y así, haciendo caso a la convocatoria de un conductor medio pelo, todos mandemos frazadas, colchones, latas de arvejas, y ropa para los damnificados. Es decir, es el momento justo para hacer una limpieza general de la casa y deshacernos de esas porquerías que tanto nos molestaron durante años... años, claro está, que no hubo tragedias. Esto parece ser la SOLIDARIDAD.

Desde URTICULTURA descubrimos al menos 4 categorías de solidaridad diferente: la “originaria”, la “artificial”, la “era lo mejor para todos” y la “porque nosotros tuvimos suerte de nacer donde nacimos”.

La familia. El primer vínculo del ser humano con otros de su especie. En este ámbito se dan varias situaciones de solidaridad “originaria”. Por ejemplo: una madre le dice a sus súbditos: -¿Chicos, por favor, me levantan la mesa?... los niños levantan la mesa, la madre se queda feliz mirando la novela y el padre está enojado porque se quedó con hambre. Una imagen típica e ideal. Pero hasta aquí no podemos hablar de solidaridad, porque como bien sabemos, hasta que el hecho no lo conocen otros para que lo envidien a uno, no existe tal fenómeno social. Esto es la solidaridad, y la categorizamos como “originaria”, la más compleja y prácticamente irreversible en los niños, que en muchísimos casos arrastran toda su vida. Es una solidaridad forzada por el engaño voluntario de los padres.

La segunda categoría de solidaridad, la “artificial”, tiene un desarrollo más simple pero es un recurso de impacto feroz. Se da generalmente en los adolescentes sin corazón. Éstos seres despreciables viven ofreciendo su ayuda a todo el mundo, pero obviamente con una finalidad repugnante: su propio beneficio a corto y/o mediano plazo. Ayudan absolutamente en todo a la chica o chico que le gusta. Le pasan la tarea, le hacen masajes, le llevan regalos... todo, nuevamente para obtener un beso u otro beneficio sexual. Como hemos detallado los adolescentes son repugnantes, pero son humanos. Son codiciosos y actúan por impulsos de interés. Esto es la solidaridadartificial”.

Las últimas dos categorías de solidaridad se dan ya en la etapa adulta del individuo, cuando ya supero las dos categorías previas y se dio cuenta que actuaba erradamente.

En este caso, es la primera vez que actúa por la categoría “era lo mejor para todos”. En este caso, es muy común, que un matrimonio tenga un hijo por lo menos. También es común que ese hijo viva jugando con la computadora, entonces el padre le regala una guitarra para que el hijo modifique su foco de atención. Si lo logra, se da cuenta del gravísimo error que cometió. Ahora su hijo es un productor de sonidos espeluznantes. El padre de la familia, que lleva bien puestos los pantalones, decide tomar el instrumento y esconderlo o directamente destruirlo. Este es el primer ejemplo de solidaridad de esta categoría y le explica a su hijo, artísticamente destruido, que lo que hizo “era lo mejor para todos”. Es una etapa muy triste para el niño, pero eso no importa, se recuperará, todos los niños lo hacen.

Estas tres categorías que acabo de detallar no son nada en comparación a la última categoría, la “porque nosotros tenemos suerte de nacer donde nacimos”. Es la única que es de índole general, comunitaria, nacional. Está relacionada a las tragedias naturales o humanas, de las que uno está alejado, y a pesar de que le chupa un huevo que se haya inundado Santa Fe o Formosa, poco le interesa la situación de Tartagal, y mucho menos la pobreza del resto del país, cuando ve en la tele que hay alguien que pone la voz en el cielo y pide ayuda en nombre de la identidad nacional, usted infla el pecho, orgulloso de ser argentino y del gol de Maradona, se para frente a su familia y ordena:- Todo lo que nos sobra lo mandamos a esos pobres tipos... “porque nosotros tenemos suerte de nacer donde nacimos”.

Que tipo solidario, que tipo con conciencia federal, que tipo ejemplar... que buen argentino.

06 octubre 2006

Aforismos III



"Una virgen vale más que mil zarpadas"

"No por mucho piropear se desvirga más temprano"

"Lo bebe, si es bueno, beba dos veces"

04 octubre 2006

Las damas de hierro


Hoy reflexionaremos sobre “qué hacemos cuando hacemos algo”. Pero sobre todo me interesa pensar qué hacemos cuando hacemos algo que muy probablemente estemos dispuestos a hacer independientemente de que sea o no una actividad remunerada.
Por ejemplo, una pasión de multitudes: los juegos de mesa. Para que una actividad sea considerada un juego de mesa debe tener dos cualidades: ser un juego, y que exista la posibilidad de que sea jugado sobre una mesa. Una vez aclarado este punto, nos dirigimos ahora hacía una enunciación taxativa de algunas acciones que pueden calificarse como juegos de mesa.
¿Podemos comenzar por el dominó, por ejemplo? Sí, podemos, porque lo decido yo, arbitraria y democráticamente. El dominó es un juego en el cual el que gana es el dominante, y el que pierde, es el dominado. El dominó es un lindo juego para jugar los domingós… los domingos. Se puede jugar con los amigos, o con la esposa, dependiendo de lo dominado que uno sea. Si uno es muy poco dominado puede llegar a jugarlo con dos minas. O más, si es un jeque musulmán. He intentado averiguar por todos los medios cómo se dice dominó en árabe, pero no lo logré. Pasemos entonces a las damas.
Las damas, en los países musulmanes deben andar con el rostro tapado. En occidente, en cambio, se puede jugar a las damas con la cara al aire libre, o bien en una habitación cerrada. El juego se compone de: un tablero, quince fichas negras y quince fichas blancas y dos personas. Uno de los competidores elige el color de sus fichas teniendo en cuenta que puede elegir blancas o negras, nunca rojas, por más comunista que sea. El otro participante sólo puede resignarse a utilizar las fichas rechazadas por el primero. Entonces comienza el juego: consiste en mover las fichas de casillero en casillero, en diagonal, siempre en las casillas del mismo color, porque, claro, sino no podría uno comerle una ficha al contrincante, y gozarle en la cara y llegar al otro lado para hacer dama, que es como un sandwichito de fichas que se pueden desplazar libremente por todo el tablero, y ganar la partida.
Pasemos a otro ejmplo más sencillo: el ajedrez. Pero… el ajedrez, ¿es un deporte o un juego de mesa? ¿O es acaso un deporte de mesa? ¿Y el teg? ¿Y el ping pong? Y la bicicleta fija, ¿es un deporte? ¿Y el aparato para hacer abdominales sentado en un sillón tomando caipirovska mirando a Alfredo Leuco?
No era más sencillo, prefiero seguir con un entretenimiento infantil: las figuritas. Es un juego sumamente inocente en el cual los niños juegan a acumular un capital, para lograr una posición dominante y aprovechar esa circunstancia explotando a sus amiguitos en el canje de figuritas. Lo único que puede haber de malo en este juego es que, como se trata de niños, no saben muy bien como manejarse y pueden hacer dumping, cambiando el precio de las figuritas dependiendo del comprador. Disculpen, pero en Urticultura no toleramos las desviaciones en el libre juego de la oferta y la demanda. Ahora nos ofendimos. Y nos llamamos a silencio.

03 octubre 2006

El catorce


Hoy será, otra vez, martes a la noche. Pero nada será igual.
Cuando hayas terminado de eructar la pulenta que habrás de ingerir a modo de cena económica, encenderás la radio y te hallarás perdido. O, mejor, no te hallarás. El malestar te invadirá hondamente y no será por cuestiones gástricas. No intentes inducirte el vómito. Será inútil. Sentirás también cómo una pandilla de insectos impuros se etrevera en una orgía imparable entre tus piernas. Cuando esto ocurra, no intentés rascarte el culo con un plumero. Esto también será improductivo.
Si querés experimentar todo esto, y descubrir por qué te ocurre, escuchá el decimocuarto programa de

Urticultura
martes 23 hs.
urticultura... una empanada de flema