13 marzo 2009

INSOPORTABLES URBANOS: Una taxonomía desesperante

Hubo una vez una revista que se llamaba Humor Registrado (y que todos conocíamos como Humor) en donde existía una sección llamada: "Los Insufribles".
Afanándonos el concepto con total impunidad estamos fundando la sección "Insoportables Urbanos".
Un "Insoportable Urbano" es ese ser que nos hace la vida más complicada de lo que es con su sola presencia.
Hoy, presentamos a los tres primeros Tipos Humanos que englobamos arbitrariamente en esta taxonomía:

LA VIEJA DE MIERDA:

La Vieja de mierda es una mujer de mayor de 45 años, por lo general parlanchina, las más de las veces pintada como una puerta y con una prepotencia más que considerable.
Si está atrás de la fila en un banco, la Vieja de Mierda criticará a los cajeros por su lentitud, a los "negros" que cobran el Plan Jefes, a los que no le ceden el lugar (porque ella es "muy importante" obviamente).
Si está en un colectivo o subte te pasa por arriba caminándote por encima de los juanetes, empujándote sin pedir permiso, mirando a las personas que están sentadas con cara de "salí de mi asiento".
Si está en un supermercado, arremete con su carrito sin importarle que el pasillo esté atestado, deja el carrito en la caja una vez que pagó y protestó con la cajera, se queja de que no hay suficientes modelos de papel higiénico.
Hay más características, pero no tengo todo el día che.
EL CANCHERO:
El Canchero usa los anteojos oscuros sobre el pelo aunque sea de noche o esté viajando en subte. Está bronceado en pleno julio y huele a un dudoso perfume importado. Por supuesto, usa gel.
Tiene siempre en la mano un celular y en el otro un portafolio.
Cuando habla con alguien usa sin criterio alguno palabras como "querido, papi, fiera, titán" y otras cosas parecidas.
Se cuela impúnemente en las filas, no le da el asiento a las embarazadas y otras linduras por el estilo.
Si el canchero tiene auto, bueno, ese es otro tipo de Insportable Urbano...
EL PIOLA DE LA PUERTA:
Este personaje se ve en trenes y subtes. El Piola se sube e inmediatamente se planta en el borde mismo de la puerta. Apenas deja espacio para que la misma cierre. El Piola se cree muy piola porque se para ahí. Apenas se cierra la puerta, el Piola, que es un Piola bárbaro, se afirma con todo su peso entre las dos hojas a pesar de que por todos lados hay carteles que indican que no debe apoyarse en las puertas porque es peligroso. El Piola no le da bola a esas cosas porque es Piola y se las sabe todas.
En casos extremos, el Piola pone el pie en la puerta que se cierra y asoma la cabeza como oteando el panorama, haciéndose el Pïola.
Si uno quiere bajar, el Piola atravesado espera a último momento para salir del medio. Si uno quiere subir tiene que esquivarlo, porque es un Piola y está ahí parado para bajarse primero, donde sea que tenga que bajarse.
Volveremos con más, luego de algunos mensajes de nuestro patrocinador...

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