17 junio 2007

Se viene el agua


Dicen que el agua, en ciertos lugares corre libremente, aunque siempre depende de las corrientes que la llevan y la traen a su antojo.
Estas aguas creen ser libres y se piensan con la capacidad de decidir qué rumbo tomar, pues ignoran por completo las arbitrarias leyes de la democrática naturaleza.
Hay corrientes cálidas, y también las hay frías.
También hay agua fría y caliente que llega a las casas a través de las redes de agua corriente de las ciudades.
Estas redes son absolutamente manejadas por gobiernos y empresas explotadoras de recursos, obligando a las aguas a transitar siempre los mismos caminos hasta acabar con su vida, pues siempre habrá detrás un ejército de reservas naturales de dónde extraer más líquido o liquidez.
También están ellas, las peores de todas, las más fétidas y repugnantes: las aguas estancadas.
Aguas que directamente no corren. Se quedan inmóviles viendo crecer las heces a su alrededor sin intentar cambiar nada para mejorar su situación.
Parecieran hasta disfrutar la proliferación de enfermedades y desgracias que de ellas se desprenden, pues nunca se quejan ni ven nada malo en su forma de vivir.
Pero hay otras aguas. Aguas fuertes, aguas danzantes, aguas que vienen de lejos sumando altura más allá de los horizontes humanamente visibles.
Millones de átomos formando partículas integrantes de una masa paradójicamente indivisible que augura un cambio profundo.
Y yo voy a estar ahí, siendo parte de la ola, surfeando el tsunami que traiga las nuevas aguas que quiero para este mundo.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las aguas estancadas, querido, no hay progreso sin costos, faltaba más, ¿qué preferís? ¿Lavadores de plástico o un río impoluto? Anda a lavarte las patas en un río, con el frío que hace y con la incomodidad!!!!
Ahora, siempre y cuando pagues: primero, para tener agua y segundo, si querés surfear en un tsunami es otro precio. ¡Sólo eso faltaba!!!!, a ponerse que la vida es dura...

Marcelo Fernández

Alma dijo...

Claro que no podia faltar aunque fuera una migaja (o deberia decir una gota, mejor) de optimismo!! No puede ser todo taaaaaan inmensa y profundamente malo. No podemos seguir nadando en la miseria.. algun dia va a llegar ese momento en que el agua logre limpiar lo que tenemos.. y yo, como usted, pretendo estar ahi recibiendola.
Muchos saludos...