Teca, late, nola
Por Evo Pacífico
¿Y por qué no? Esa es mi respuesta a quienes se asombran cuando les cuento mi última ocurrencia ocasionada por mi alma infantiloide. Sin darme cuenta, esta vieja- nueva actividad se está adueñando de mis pensamientos, y al igual que otra de mis actividades que no viene al caso, me está llevando hacia nuevas y raras reflexiones.
Sí. Mi nueva pasión son las figuritas, pero no cualquier colección, sino la del mundial. Me dirán que es algo inmaduro, infantil, estúpido, idiótido, infradotómido, gonzalezórido, etc. Pero les voy a demostrar hasta qué punto puede ser delirante, aunque con una sólida base filosófica. Bah, filofasóbica.
Imagínense ustedes un mundo en el que cada uno pueda realmente dedicarse a hacer lo que sabe y pueda descargar sus ganas de hacer lo que le gusta mediante distintos hobbies, juegos, etc. Les aseguro que si se lograra ser como niños en ese sentido, el de satisfacer sueños ocupacionales mediante juegos, el mundo se acercaría bastante a la perfección.
Sobran los ejemplos y falta el tiempo. Por lo tanto voy a nombrar sólo los que me conviene a mí, como es debido y acostumbrado.
Veamos. Supongamos que, así como a mí me saca las ganas de ser parte de un mundial de fútbol el sólo hecho de juntar las figuritas, a un alcohólico le calme la sed etílica una partida de chupi. ¿No sería perfecto? Un problema solucionado.
Subamos algunas escalas y pasemos a una realidad social: la inseguridad. ¿Y si los malhechores adoptaran la costumbre de jugar al poliladron? ¿No se acabarían los robos? ¿Y si ocuparan sus noches programando asaltos, y que las chicas lleven la bebida y los hombres la comida? ¿No se sacarían las ganas así?
Para culminar, una internacional. Imaginemos que el señor Jorge “Lever” Bush se dedicara a ser presidente de su país y en sus tiempos libres juegue con soldaditos, tanquecitos, avioncitos, cañoncitos, bolasdefrailecitas, etc. Se lograrían dos cosas: la primera es que no utilizaría su tiempo libre como jefe de gobierno de los Estados Apropiados de Norteamérica para gobernar otros países. Y el segundo logro sería mantenerlo ocupado en guerras en las que no muere gente. Y en las que siempre ganaría.
Una vez culminada la exposición uno supone que esta hipótesis carece de valor científico, pues en verdad no lo tiene. Yo no creo que sea tan fácil solucionar todos esos problemas jugando, pero sí puedo asegurarles algo: jugando se es feliz. Nunca hay que dejar de jugar. Inténtenlo, sientan esas inyecciones de botox en el alma al volver a ver esos muñequitos con los que se cansaron de hacer goles, o esos autitos con los que fueron campeones de fórmula 1, o esas muñecas que fueron sus hijas cuando niñas. Comenzarán tímidos, luego se irán soltando, y por último recordarán que, lejos de esperarles mami con la chocolatada, les espera una pila de laburo atrasado. A mí me pasa parecido, y ahí es cuando pienso profundamente y concluyo: “los problemas de este mundo (Tinelli incluído) no tienen una solución tan fácil, ¡pero qué feliz estoy con mi álbum lleno!
3 comentarios:
es muy cierto todo esto, sobre todo que don evo esta coqueando demasiado. pero imagino que si el odontologo conchita barreda hubiese jugado de chico a la mucama..., o si yiya murano hubiese jugado a la mancha venenosa..., las cosas hubieran sido muy diferentes.
Lucho, Lucho, Lucho... tu claridad conceptual me hace sospechar que sos un niño índigo encubierto, si no saben qué es eso averigüen y reflexionen... ya están entre nosotros!!!!
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