18 noviembre 2006

¡Dios Santo!

Es necesario que desde este espacio que hemos dado en llamar urticultura nos ocupemos de la indignación.
Indignación señores, que no es simplemente enojo, bronca o desplante, ¡es indignación!, así nomás... ¡Indígnese!
Estire el cuello, frunza la boca, eleve sus ojos al cielo y a continuación, indígnese.
La indignación es una actitud civilizada, propia de ciudadanos decentes. No es la torpe protesta a los gritos, ni la calculada indiferencia de los mediocres. La indignación, señores, nos permite a nosotros, hombres y mujeres de mundo, mostrar nuestra frustración, pero sin caer en la vulgaridad.
Y guay de aquellos a los que increpamos señalándoles sus torpezas o faltas de tacto.

Ejemplo 1: Ud. concurre a ingerir una bebida refrescante en una cafetería, y en la mesa elegida tiene una brizna de polvo en la superficie ¡Ahhhhhhhhhhhh, horror! Una típica actitud de esa gentuza que debería servirnos con precisión y eficiencia, pero no, en cambio tenemos una mesa sucia. Contemple al mozo con indisimulada bronca y oblíguelo a que deje impecable su mesa ¡Habrase visto!

Ejemplo 2: Ud. camina por la vereda y de repente una manifestación de gente incivil le impide llegar al lugar habitual de reunión. ¡Indígnese señor! Esos espantosos individuos lo someten a la incómoda tarea de desviarse dos calles y así alteran sus costumbre, su estilo de vida. El derecho a circular está garantizado por la constitución ¡Indígnese! Hágale saber al mundo que está enojado. Pero ojo, más dé un espectáculo, un indigno espectáculo, mantenga las formas. Recuerde: el orden social y la armonía por encina de todo. Recuerde, insisto, que para indignarse debe ser un caballero, una dama ¡Nunca jamás como esos desagradables sujetos que protestan, por ejemplo por no tener trabajo! ¿Qué va a pensar el mundo de nosotros? Ay, me horrorizo de sólo pensarlo... me indigno. ¡No trabajan porque no quieren! Y no los discrimino, porque en Argentina no somos racistas, entiende? Somos derechos y humanos, respetuosos y educados y sobre todo, somos personas de bien. No como esos vagos que inundan nuestras calles.

3 comentarios:

Alan Loreti dijo...

Si, tambien indigna los niños que esperan en las cajas de los supermercados koreanos que toman lso productos para guardarlos en las bolsas y te piden una moneda, por que lo indignante es que como son de la calle pueden tener las manos sucias.

Alan convertido a la Sociedad Protectora de Alemanes.

Anónimo dijo...

Muchas gracias querido Alan por pensar en nosotros... hoy ancianos , pero que otrora luchamos por un mundo mejor, màs puro, más digno, menos judìo.

Hoy ya soy anciano, pero estoy viviendo feliz en la Argentina, en las sierras de un provincia que no voy a nombrar por cuestiones obvias... la escoria judía me sigue persiguiendo.

Bueno, sólo quería escribir para avisar que sigo vivo, y que a los negros de mierda del conurbano bonaerense hay que matarlos a todos porque son pobres... porque quieren... de hecho hay pruebas cientìficas que verifican lo que digo...

los pobres son como los judios... una mierda.

pd: y si todavìa no adivinaron quien soy les digo: lean el libro Mein Kampf... no los puedo ayudar mas.

¡¡¡HEIL HITLER!!!

Anónimo dijo...

Yo no tengo ganas de soportar a un nazi en este blog...

Escuchame nazi anacrónico:

¡¡¡EN PRIMER LUGAR DA LA CARA!!!

¿QUIEN SOS... ADOLFO QUÉ?

EN SEGUNDO LUGAR, NO VALE ESCRIBIR EN INGLES EL TITULO DE TU LIBRO... NAZI MONTONERO.

Con anti anti-semitismo peronista..