La ciudad abanderada del arte

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Rosario es una ciudad que por naturaleza tiende a sorprender.
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Bellos parques, bellos boulevares, bellas mujeres, y muchachos… mmm… variados.
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Hace unos años, casi por casualidad, conocí esta ciudad… y me enamoró... y me prometí volver… y volví.
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Muchísimos museos, plazas, cines. El paseo de la rivera del río Paraná es el mejor de todas la ciudades costeras que visité.
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Fontanarrosa, Fito Páez, Olmedo. Grandes artistas han surgido de sus calles, de sus esquinas, de sus bares.
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Es como Buenos Aires pero con un ambiente más bohemio y mucha menos gente. Es excelente.
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El Monumento a la Bandera.

Las canchas de Rosario Central y Newells.

La Ciudad Universitaria.

El Parque Independencia.

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Pero sobre todas estas cosas, me sorprendió una simple señal de transito.

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Sí, una orden municipal que permite y garantiza exclusividad sobre cierto sector de la ciudad para un grupúsculo de selectos ciudadanos… que a la vez, como toda señal de tránsito, garantiza exclusividad a unos y anula la libertad de otros.
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Me impactó. Me sorpendió. Tuve que sacar una fotografía. Esto, definitivamente nunca lo habia visto.
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Obviamente... tuve que estacionar mi bici enfrente.

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