12 julio 2006

Superpoderes


La comidilla de la semana pasada fue la posible aprobación de superpoderes para el Jefe de Gabinete Alberto Fernández en el Congreso. Ahora, llamar superpoderes a lo que este prosaico funcionario solicitaba es una exageración carente de sentido, un verdadero abuso del idioma. Al escuchar por boca de uno que otro periodista que, ¡con urgencia! se le requería al Congreso el otorgamiento de superpoderes, podría uno, con todo derecho pensar que el bigotudo personaje solicitaba cosas tales como visión de rayos x, la posibilidad de lanzar telas de araña de la palma de la mano, o, la minúscula capacidad de volar sin ayuda de aparato ortopédico alguno. Pero no, ¿qué es lo que pedía? Solamente la posibilidad de gastar los dineros públicos como se le fruncieran las amígdalas, cosa que se hace desde siempre y sin tanta ceremonia. ¿Para qué tanto desagradable escándalo por algo que todos y cada uno de los gobiernos de esta península europea han hecho desde que el país es país e incluso desde antes de que lo fuera?
Veamos, el énfasis por justificar ante esa masa sudorosa que algunos optimistas llaman pueblo el uso de los recursos públicos es desde ya una operación inútil. ¿Para qué preocuparse si con la llegada de la próxima eliminatoria para el mundial 2010, la copa América, el Torneo Apertura, el Torneo Clausura, el TC 2000, el último desnudo escandaloso, la próxima pelea de divas televisivas, o los concursos terapéuticos de ese morochito Tinelli, esta discusión quedará sepultada en el olvido?
Por otra parte, ¿alguien cree sinceramente que el soberano entiende estas polémicas técnicas tan alejadas de su capacidad intelectual? ¡Por favor!
Pero, esta discusión tiene también su costado estético, heroico: utilizar la palabra superpoderes con tanta liviandad lesiona los intereses de los poseedores reales de superpoderes, los superhéroes. Es indudable que la figura poco agraciada del Jefe de Gabinete difícilmente podría ser acreedora de un uniforme al estilo Capitán América, de hecho, ese bigote tercermundista frustra cualquier esfuerzo de la imaginación. Y mucho menos, decir que otorgarle un cheque en blanco es darle superpoderes. ¡Seamos sinceros señores! ¡Fernández apenas da el tipo para un Super Mario BROS subalimentado!
Un superhéroe es la síntesis de poder físico y mental conjugado con habilidades superiores de orden supranatural o tecnológicas.
Por ejemplo, Batman es, en primer lugar, un gentleman con mayordomo, mansión y una admirable billetera, pero además, ha desarrollado una tecnología con la cuál enfrentar a bandidos repugnantes como el Guasón, un hombre sin sentido alguno del gusto, vestido con esos harapos multicolores y con ese maquillaje tan, ughhhhh, tan desagradable.
Tenemos a Superman que es un superhéroe envasado en origen. Claro, es un superhombre porque viene de otro planeta en donde la posibilidad de volar es tan cotidiana como tomar el subte o viajar en tren, en su destruido asteroide, calentar el agua para el te con la vista es natural, en cambio, en la Tierra, es un ídolo de las revistas. Sospecho incluso, que en ése planeta de tipos con capa y calzoncillos por encima de las calzas, Superman era medio pavote. Entre Batman y Superman entonces, me quedo con Batman porque sus poderes provienen de la mera sustancia humana.
Pero volviendo al hilo de la discusión, al Hombre Araña, lo picó una araña que le transmitió sus capacidades, de Aquaman no conocemos el origen aunque podemos sospechar un abuso de natatorio en la infancia, el hombre biónico es un producto de la tecnología de la guerra fría, la mujer maravilla proviene de una raza de amazonas, la hormiga atómica se beneficio (¡vieron pesimistas!) de la contaminación radiactiva, el increíble Hulk de un fallido en un experimento, DarkMan de una ceguera tenaz, etc.
¿De dónde surge entonces esta pretensión de llamarle superpoderes a los beneficios otorgados a un mero ser humano, encima argentino, y por tanto, uncirlo con la denominación de superhéroe?
¿Acaso sobrevivir en el maremagnum de la política argentina califica a un sujeto como superhombre? ¿Acaso pertenecer al séquito presidencial vistiendo las plumas del pingüino real otorga un certificado de superhombre? ¿Acaso haber pasado de un gobierno a otro, de una facción a otra, de una tercera posición a otra tercera posición da chapa de paladín de la justicia? ¡Ehhhh!
No señores, prestemos atención y no nos dejemos caer en la tentación de simplificar el idioma, en el abuso de la metáfora, y sobre todo, en la denostación frondosa de los superhombres que medran, como los Increíbles, en las filas de cualquier aseguradora de riesgo con sede en esta populosa ciudad o en cualquier otra.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

superpoderes eran los de antes! como los que tenia cavallo o carlos saul, o carlitos bala, o el bambino veira. estos son pura chachara. para cuando algo de abba?

Anónimo dijo...

Superpoderes son los que llevamos dentro nuestro y hacen que podamos llegar a hacer lo que queramos. Yo por ejemplo el otro dia mientras hablaba con un conejo me di cuenta que de repente habia aparecido en el Tibet, y me dije: "Qué hace un conejo acá?" Luego me di vuelta y el sahumerio estaba apagado, entonces el conejo se fue, pero me dejó una carta de despedida. Decía: "Evo, en Corrientes venden de la buena, chau"

Anónimo dijo...

Me da asco como un individuo como usted se anima a decirle a la mejor calaña intelectual de este enorrrrrme país como son las cosas.

Superpoderes es lo que tenemos en la Ciudad AUTÓNOMA de Buenos Aires, que logramos año tras año, día tras día mantener este país con la enorme mochila del interior.

Sin estima alguna...

Anónimo dijo...

Queridos compañeros, para mi es muy importante que puedan responder a mi pregunta, ya que es parte de un trauma de la infancia que ningún libro de autoayuda pudo resolver...
EL topo Gigio, tenia algún tipo de superpoder sexual escondido, cuando repetía su conocida frase "a la camita... a la camita..."? Espero ansioso su respuesta... ese topo me cagó la vida.

Anónimo dijo...

Me dijeron que el viejo y nunca bien ponderado topo tenía superpoderes para cavar el hoyo. Esa era la causa de su insistencia en dirigirse al catre acompañado. Saluti

Anónimo dijo...

Les voy a pedir encarecidamente a los compañeros que están fomentando debates sin sentido o al menos carente de él.

¡COMPAÑEROS! este es un espacio para la cultura, para el conocimiento, para la exploración mental y la organización politico-sindical.... ¡vamo´ compañeros!... todos sabemos que el topo Gigio tenía un miembro exorbitante... que seguramente "prefiero reservar mi identidad" vió... o hasta probó.

¡Fuerza Compañeros... Fuerzaaaaa!

Anónimo dijo...

No me parece correcto que se ande difamando por ahí a tan noble amiguito, a un ser tan inocente. Si su miembro es grande no tiene nada que ver con el valor de sus sentimientos.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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