15 febrero 2007

Cupido Einstein...

Ya que lo medimos, basta envasarlo....

Esperando al resto de la manada en el café de siempre, me entretuve (yo y mis ocurrencias) hojeando el honorable y vetusto matutino intitulado La Nación. En su edición del día de 14 de febrero, Día de los Enamorados según el calendario comercial, aparece una nota cuyo título perentorio es:
"El amor obedece las leyes de la ciencia", dice Rajendra Persaud
Me detuve ante semejante afirmación de principios y en contra de una costumbre algo perniciosa que tengo (o sea, no leer bosta impresa) me propuse adentrarme en el maravilloso mundo de la ciencia o del amor, quién sabe (es necesario acotar que el innecesario derrame de flores, chocolates, canciones de Luis Miguel y otras delicias propiciadas por los comerciantes en esta fecha del santo erótico me tenía algo molesto por lo que este comentario proviene de esos parajes).
Leí con atención estas sentencias:
"-Tenemos una resistencia natural a la ciencia del amor, y no nos gusta ver que obedece a ciertas reglas determinadas por el cerebro, como nos dice la neurociencia. Preferimos verlo como algo misterioso, poético y espontáneo, sobre lo cual no podemos tener ningún control. Entramos en un bar y vemos alguien que inmediatamente nos atrae. Nos gusta sentirlo como un ejercicio de elección personal, aunque haya evidencia científica que hoy demuestra lo contrario, porque parecería que nacemos con una especie de instinto de belleza. Hay estudios de los años 90 que demuestran que aun los bebes prefieren una cara de adulto atractiva a una fea y que los adultos deciden si la cara que están mirando es atractiva o no en aproximadamente una décima de segundo. Pero nuevos datos prueban que podemos quedar fascinados por alguien todavía más rápido que eso. Un grupo de especialistas del Centre for Cognitive Neuroscience de la Universidad de Pennsylvania, junto con otros de Yale, han publicado un estudio que muestra que podemos juzgar cuán atractiva es una cara tan rápido que no podemos siquiera tomar conciencia de su existencia."
Con lo que parte de mis problemas comenzaron a hacerse evidentes. Dado que la naturaleza no me ha favorecido con una cara atractiva, por supuesto, el instinto de belleza me rechazaba de plano. ¡Con razón! El Centre for Cognitive Neuroscience de la Universidad de Pennsylvania había iluminado mi camino, los segundos, las décimas de segundo estaban en mi contra, o sea, frente a este problema, una estrategia probable es cubrirme con un mantel, sin dejar resquicio alguno:
Pero la cosa no terminó ahí, el sabio Rajendra dice también:
"-En ese estudio, se le pedía a distintas personas que establecieran cuán atractiva era una cara que se les mostraba en 12 milésimas de segundo. A pesar de que muchas veces no eran conscientes siquiera de haberla visto, podían evaluar si les había gustado o no. Esta velocidad sorprendente muestra que la atracción puede tener mucho menos que ver con la elección y el gusto individual que con una programación biológica o cerebral inconsciente. La evolución nos diseñó de esa manera."
Claro, la evolución nos ha diseñado así, por tanto, y en cuanto el bolsillo me de la oportunidad, deberé hacerle trampa a la naturaleza con la ayuda de un cirujano plástico. No tengo otro remedio, pero esperen, tengo una oportunidad:
"Mientras los hombres, como dice el dicho popular, se llevan a la cama a cualquier cosa que respire, la teoría evolucionista dice que las hembras están hiperalertas para detectar señales de que el candidato a padre de sus hijos realmente vale la pena. No se van a fijar sólo en cuán atractivo es el candidato. Lo van a ver más atractivo si da señales de que también va a ser fiel, por ejemplo."
Confieso que estoy perdido. Si soy fiel entonces, puede que tenga una oportunidad. Si estoy dispuesto a trabajar como un burro tuerto, supongo que las damas volverán su vista ante mi estampa de macho proveedor y se rendirán a mis piés. ¿Suspendo el cirujano entonces?:
"-...Un equipo de la Universidad de Aberdeen realizó el siguiente experimento: primero, 28 participantes mujeres miraron ocho pares de caras de hombres y tuvieron que indicar cuál, dentro de cada par, les gustaba más. Después se les mostraron unas diapositivas en las que se veía a mujeres mirando con una sonrisa a una de las dos caras del par y con indiferencia a la otra. Los investigadores descubrieron que con 30 segundos de interés de parte de otra mujer es suficiente para hacer que un hombre luzca más atractivo."
¡Que gracioso! O sea, tengo que tener una mujer para tener una mujer. Entonces, no puedo ser fiel, por lo que la estrategia anterior, la de la fidelidad se anula. ¿Me dan una mano....?
"Un estudio de 400 parejas casadas, en promedio, durante 40 años, mostró que los que parecían más felices con la vida en general tendían a ser aquellos con una visión idealizada de sus matrimonios, un 52 por ciento de la muestra. El resto, los que veían la historia de su relación de manera más realista, tendía a tener resultados mucho más bajos en cuanto a satisfacción matrimonial."
O sea, señores, descarten de plano todas las consideraciones anteriores. El amor es lo que ha sido siempre y creo que los "estudios" deberían orientarse a la solución de la alopecia masculina, problema éste, que al decir del Negro Fontanarrosa no ha sido aún solucionado (Rajendra Persaud, abstenerse, porque si seguimos su metódica forma de investigar llegaremos a la conclusión obvia, la calvicie es inevitable)
Marcelo Daniel Fernández
de la redacción de Urticultura
Quien quiera consultar la notita, aqui tiene el link:
¡Que lo disfruten!!!!

7 comentarios:

Ringo dijo...

NO JODAN CON LA TEORÍA EVOLUCIONISTA.
Marcelo, si la facha se pudiera prestar, te pasaría un poco, vos sabés que estoy atareado de mujeres que no pueden controlar sus impulsos hormonales hacia mi ser. Tampoco creo que dudes de mi voluntad altruista. Pero lamentablemente, esta situación responde a cualidades inseparables de mi esbelta figura.
Por otra parte, te queda la otra opción: los hombres, según tu redactora amiga, le dan a cualquier cosa que camine. De ese modo, nos darías al resto la oportunidad de decir: YO TENGO UN AMIGO GAY.
Pablo el metrosesual

Marcelo Fernández dijo...

Dos cosas importantes amigo Pablo: en primer lugar, el coso este es un HOMBRE. Si, un hombre. En segundo lugar apreceo tu gesto de puro altruismo y declaro que de verdad me hace falta un poco de el vital elemento, pero prometo arreglarme, obviamente sin los consejos del psicoanalista este.

Marcelo Fernández

Anónimo dijo...

Me tenté muchísimo de leer la nota de La Nación... y como soy muy débil lo hice.

Me encantoooooo... es buenísima... no se si es verdad o no... realmente poco me importa... pero me divirtió muchísimo.


pd. Me encantaría saber que diría Darwin de los homosexuales... porque según esta teoría, gracias a la "selección sexual" estos individuos nunca serían escogidos por las hembras para reproducirse... por lo tanto... en poquísimas generaciones (por no decir una) los genes "enfermos", "anti-naturales", y no se que otras cosas escuché a lo largo de mi vida, quedarían eliminados de la faz de la tierra...

No se... no creo que sea tan importante tampoco... pero... que divertida esa no eeeh.

A parte...¿no me digan que ese psicólogo no es super sexy todo asi sentadito en el diván?

Uhhhy... noooo... creo que me enamoré.

Anónimo dijo...

Yo... fuí yo... me olvidé de firmar.

Marcelo Fernández dijo...

A mi también me pasó lo mismo, no sabía si era en serio, pero como era La Nación, tampoco lo podía saber. Creo que nuestra existencia misma lo joroba a Darwin y al psicólogo éste: dadas las cosas que dice, ,yo ya debería estar muerto.

Anónimo dijo...

Si estás dispuesto a trabajar como un burro tuerto quiere decir que no tenés un mango: OLVIDAAATE!!!!!

Si querés hijos hacé como los ricos y famosos que adquieren mascotas humanas... ah, no, para eso también hay que tener plata...

Marcelo Fernández dijo...

Como diría uno de nuestros más lúcidos refranes urticulturosos:
"Podrás tener todo el oro del mundo, pero jamás el miembro erecto de un burro"